KEYNES APRUEBA EL BONO CULTURAL


 El bono cultural es una ayuda directa de 400 euros para los nacidos en 2004, que cumplen 18 años en 2022 para su gasto en actividades y productos culturales. Este gasto se divide en 200 euros para arte en vivo, 100 para soporte físico y otros 100 euros para cultura en soporte digital. Esta ayuda es una iniciativa que se ideó para ayudar a la recuperación del sector cultural tras la difícil situación vivida por este durante la pandemia, cuando sus ventas e ingresos se redujeron prácticamente a 0. A su vez, pretende acercar los jóvenes a la cultura, incentivando la lectura o la acudida al teatro. Por tanto, ¿es útil el bono cultural o es sólo una herramienta política para ganar votos?

El bono cultural, una política Keynesiana.

En primer lugar, se analizará la medida y el alcance que puede tener sobre la economía de los pequeños comercios. El bono cultural no es más que una política encaminada a la reactivación del consumo de bienes culturales para estimular la economía de este sector tan castigado durante la pandemia. Lejos de interpretaciones políticas, esto supondrá un gran estímulo para los pequeños comercios locales, ya que sólo se puede gastar en aquellas empresas adheridas al bono. Por tanto, si los beneficiarios deciden emplearlo, lo harán en comercios locales, lo que mejorará la economía local. 

En términos generales, una medida encaminada a incentivar el consumo funciona de la siguiente manera: el aumento de la renta de los consumidores (en este caso el dinero del bono) hace que aumente la demanda. Al aumentar la demanda, se debe hacer lo mismo con la producción para satisfacer la demanda creciente y esto hace crecer la renta. Además de este primer efecto, esta medida también busca reafirmar el hábito de compra de productos culturales locales y que este ciclo se retroalimente. 

Más allá de la explicación teórica, se puede entender con ejemplos más visuales y simples como ocurren estos sucesos. Si un niño de 18 años que recibe este bono y no tenía pensado leer ningún libro ni ir a ningún concierto; este año lo hará. Si compra libros en la librería de su barrio, hará que el dueño de la misma obtenga más beneficios y pueda permitirse salir a cenar a un bar, que verá incrementado sus ingresos y así sucesivamente, retroalimentándose así la economía. Aunque esto sea una simplificación de la realidad, ayuda a comprender el por qué de esta medida.

Por tanto, aunque algunos califiquen el bono cultural de una herramienta de propaganda política (que también puede serlo puesto que va destinado a nuevos electores, coincidiendo con las elecciones generales que se avecinan en 2023), no es más que una aplicación de las teorías keynesianas para tratar de levantar un sector castigado durante la pandemia como es el de la cultura.

El bono Sevilla, un caso similar

Una vez analizada la naturaleza del bono cultural y lo que realmente persigue, cabe asimilarlo con la nueva iniciativa lanzada por el ayuntamiento de Sevilla. Esta consiste en unos bonos que se adquieren por 20 euros y que en los comercios locales adheridos a la iniciativa tiene un valor de 50 euros. De la misma manera que el bono cultural, va destinado a al reactivación del consumo, para intentar paliar los efectos de la inflación y que las compras navideñas no se vean tan frenadas por la escalada de los precios. De igual manera, se pretende beneficiar al pequeño comercio para que pueda resistir los efectos de la inflación y no tengan que cerrar por la crisis.


Bibliografía 

Ministerio de cultura y deporte: el bono cultural. Enlace

Bono Sevilla. Enlace


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